Sí, han leído bien.
El lunes 30 de junio se vuelven a subastar nuestras casas. Pero esta vez el banco ha sido comprensivo, y decide cedernos el remate de las viviendas.
Claro que para eso tendríamos que tener una media de 150000€ "debajo del colchón" para consignarlo en el juzgado el mismo día de la subasta.
Como eso es imposible de conseguir, mis abogados tuvieron una estupenda idea: "Llama a quien corresponda del banco y que entienda qué injusticia se está haciendo con ustedes,que son víctimas y necesitan cooperación y comprensión. Propónles que ellos se adjudiquen las viviendas y luego os las vendan".
De esa manera ya podríamos pedir un préstamo hipotecario y lograr el tan ansiado y esperado objetivo: tener nuestras casas.
Yo, que ya no creía en la bondad ni en la ética del mundo, pensé que pese a todo, era una buena opción, la última, la única. Así que cogí el teléfono y llamé.
Imagínense mi cara de asombro e incredulidad, cuando escucho al otro lado del aparato telefónico: "Si, por supuesto. Nosotros no tenemos ningún inconveniente en hacer todo lo que esté en nuestras manos para ayudaros. Voy a ver la propuesta que vuestro abogado nos envió."
Aunque aún no confío si no está por escrito, debo darle las gracias a esa persona por atenderme y por comprenderme. Espero que haga todo lo posible por ayudarnos.
Espero que cumpla su palabra y que esto toque a su fin dentro de poco.
También quiero agradecerles a mis abogados su humanidad, su empatía y su apoyo.
Pase lo que pase, lo habéis intentado. Gracias de todo corazón.
Un saludo a todos y nos vemos el lunes a las 12h. en el mismo juzgado de la otra vez.
