Así me siento yo.
Todos juntos conseguimos presionar, a traves de los medios de comunicación, para que nadie pujase en la subasta por nuestras casas. Y lo conseguimos.
Pero tan sólo unos días después aparece otro afectado por la catástrofe causada por el señor Hourcade: el dueño del terreno donde las casas están construidas.
Este señor entregó el terreno permutándolo por tres de las nuevas viviendas, y por supuesto el no tiene esas tres casas, por lo tanto, según su contrato, pasaría a ser dueño de todo lo que está allí construido.
¿Qué ocurre ahora? Que todo vuelve a estar paralizado. El banco no tiene su dinero y el señor de la permuta no tiene sus casas.
¿Y nosotros? ¿Alguien se ha acordado de nosotros?
Seguimos sin nuestras casas, sin nuestro dinero, sin ilusiones, sin respuestas y sin soluciones.
Nos dicen que tenemos que esperar, y yo me pregunto: ¿Esperar a qué? ¿A que las casas se derrumben por el estado de abandono en el que están? ¿A qué aparezca otra persona que diga que también es dueño de algo? ¿A que un juez decida que va a ser de nuestro futuro?
Queremos lo que es nuestro.
Mireia Marín
1 comentario:
No tiren la toalla. Sigan buscando soluciones y luchando. Seguro que lo conseguireis.
¡Suerte!
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